Había una vez una niña llamada Aline que iba al centro comercial con dos amigas, Lila y Lorena. Ella y sus amigas sentía pánico en tener que usar el ascensor lo tomaron rápido y sin pensarlo y ese día no pasó nada. Al día siguiente se repitió lo mismo, siempre con un panico al tener que utilizar el ascensor, pero esta vez un hombre entró en el ascensor.
El hombre habló a Aline y tenia que darle dinero si no la mataría, y Aline se negó a dar porque no andaba con dinero. El hombre disparó en Aline y las otras chicas tenían miedo y le dieron el dinero al individuo. Cuando se fueron las chicas, Aline desapareció maltrecha y gravemente herida y sus amigas se fueron por su lado dejándola sola y se volvieron a donde la madre de su amiga Aline, y el ladrón dijo que no la había matado, pero la policía no le creyó al hombre y este fue arrestado.
Al mes siguiente, las tres amigas quisieron ir al ascensor armándose de valor, ya que no querían recordar todo lo que vivieron en ese ascensor se detuvo de repente y Aline apareció y le dijo a una de las muchachas que la libre, “que me liberen” decía atormentada. Enojada sentía como que a sus amigas no les importaba. Aline se enojó y comenzó a demonizar a la vida de las tres amigas. Tres meses más tarde, las chicas estaban llenas de valor e investigaron cómo liberar el alma de una muerta o fantasma y que encontraron e intentaron pero no pudieron.
Aline dio un plazo de una semana para ponerla en libertad si no todas iban a morir. Una semana después, las chicas no pudieron y Aline las fue matando. Todo esto ocurrió en un centro comercial de la ciudad de Boston, en Estados Unidos, llamado Royal Sonesta Hotel y el hecho concretamente ocurrió en 1943. Dicen que el fantasma de la chica todavía ronda por el elevador esperando por cualquier jovenzuela que suba en el ascensor y cuando ve a un grupo de chicas comienza a molestarlas sin compasión.